Plaza Nueva

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Solían heredar el negocio de sus familiares ya que eran sagas de comerciantes "de toda la vida", así que casi sin estudios, comenzaban a trabajar en los comercios. "Mi padre y-decía: deja les coses de casa y ven p´acá". Probina, ella, como eran tantes hermanes,... de toes elles solu había estudiáu una y mi madre no sabía más que les cuatro regles. "Ven p´al negociu" insistía mi padre..."

La influencia de la emigración a ultramar era notoria, ya que parte de las personas que volvían de América, emprendían negocios de Coloniales, lo que aquí eran los ultramarinos.  

Todo cambia durante la postguerra. Son años duros de hambre y miseria. Se impone la cartilla de racionamiento para la compra de productos básicos, pero no alcanza a cubrir las necesidades alimenticias básicas, y este hecho hace que se vean obligadas a recurrir al comercio ilegal, denominado estraperlo, vendiendo y negociando todo lo que se puede: chocolate, tabaco, café...

Existía una gran solidaridad entre la vecindad para paliar el hambre y las y los comerciantes fiaban las compras porque todo el mundo pasaba mucha necesidad.

En los años 50, las ventas en las tiendas florecían gracias a la actividad que daban las fábricas de conservas, donde trabajaban muchas mujeres y se notaba el ambiente en las tiendas.

En los años 60 comienza la emigración hacia Europa: Suiza, Francia, Bélgica, Alemania... había quienes volvían pronto, pero otras personas se quedaban definitivamente en esos países.

Estas tiendas se convierten en instituciones en los pueblos y también se va transmitiendo la sabiduría de como regentarlas y administrarlas. "Mi madre, aunque no había nacidu en esi mundillo de la venta, aprendió muy rápidu; sin embargu, yo criéme ya en el comerciu, pero a mi madre siempre-y respeté tou lo que ella dijo. Con la guaja mía, yo enseguida hici que se incorporara y tomara ella decisiones. Ella fue la que hizo los grandes cambios en la tienda."

Algunos de estos últimos comercios que regentaban mujeres en Ribadesella eran de lo más variopinto, como ultramarinos, fruterías, pastelerías, tiendas de regalos, carbonerías, mercerías, zapaterías, boticas, tiendas de arreglos de ropa y de medias e incluso una mecánica de taller de bicicletas. 
El comercio de barrio conserva la sonrisa, la familiaridad, el saludo... como las tiendas de antaño. 

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